Oktoberfest, fiesta de la cerveza en Alemania

Ara Ballesteros/ Alemania, Europa

Cuando se acerca septiembre, se acerca también el Oktoberfest. En este artículo no te vas a encontrar fotos de monumentos ni de lugares. Hoy vas a ver: fotos nuestras divirtiéndonos. Porque a veces la vida, ¡no hay que tomársela tan en serio!

¿Cuántas veces nos han dicho que no tomemos decisiones en momentos de euforia? ¿y cuántas veces nos hemos alegrado después de haberlas tomado?

Así empezó todo

Pues eso fue lo que pasó con el viaje a Múnich. Queríamos hacer algo antes de que el invierno llegase y empezamos a barajar opciones. 

Quedamos un día en mi casa para hablar sobre ello y comprar un billete hacia alguna parte. Nos costó trabajo ponernos de acuerdo, pero al final una cerveza y el sol de Berlín nos ayudaron a decidir. Así fue como surgió la idea de ir al OKTOBERFEST.

Y aquí es cuando digo que las decisiones en momentos de euforia a veces no son tan buenas. Porque por muchas ganas y mucha ilusión que nos hiciese ir. Tampoco era necesario gastarnos 200€ en el vuelo, ¡eso no fue nada divertido!

Por lo menos tuvimos la suerte de que gracias a una amiga teníamos alojamiento. 

 

Una vez liada la manta a la cabeza había que hacerlo todo en condiciones, ¿o no?. Un viaje al Oktoberfest sin un Dirndl no tiene sentido. Por lo que el segundo paso era comprarnos uno. Y mira que monas que íbamos.

Grupo de amigas vestidas con el Dirndl

Primer día en el Oktoberfest

Con el billete de avión en mano, el Dirndl en la maleta, una hora de retraso en el aeropuerto de Berlín y unas ganas locas de disfrutar nos pusimos rumbo a Múnich. Y en poco más de 1 hora ya estábamos pisando tierras muniquesas.

Al llegar todas desde Berlín el idioma no era un problema, pero comprar el billete de metro sí que lo fue. No he visto máquina más complicada y con menos explicaciones que las de Múnich. Preguntamos a un par de personas, cambiamos el idioma de la máquina, buscamos un taxi  y todo era misión imposible, ¿tan mal íbamos a empezar?

Al final volvimos a intentarlo y compramos el billete que más económico nos salía, uno con 10 viajes por 13,50€. Resulta que es un billete con varias tiras y por cada zona que pases tienes que doblar (no arrancar) 2 de ellas. Menos cuando es un trayecto corto que entonces es solo 1. ¿Se puede hacer algo más complicado?

El caso es que nosotras nos enteramos de eso el último día y hasta entonces habíamos estado picando solo 1 tira por cada viaje. Por suerte no nos encontramos con ningún revisor.

Al llegar a la casa, nos fuimos directas a la cama. Al día siguiente a las 06:30 tenía que estar todo el mundo en pie. Y te preguntarás, ¿levantarse a las 06:30 para ir a beber cerveza? Pues sí. Resulta que si no estás a las 07:30 en la puerta de una de las carpas, ¡te quedas sin mesa!. Y si no tienes mesa tampoco podrás estar de pie por los pasillos (al menos al principio).

Entrando en el recinto del Oktoberfest a las 07:30
Haciendo cola a las 08:00 para entrar en una de las carpas

Otra opción es reservar con un par de meses de antelación y así asegurarte tu sitio dentro.

El Dirndl

Ahora toca ponerse el vestido. Este no es un traje cualquiera. Está compuesto de varias piezas y una de ellas (el mandil) tiene su truco.

Es una mini camiseta que termina justo donde acaba el sujetador. Es una de las partes más importante, ya que hace que el pecho se junte y suba de una manera desorbitada.

Puede ser de diferentes colores y con varios tipos de bordados. Cada persona lleva uno diferente.

La otra parte importante del traje es el mandil. Depende de donde te hagas el lazo puede significar una cosa u otra. Y créeme, todos los chicos e fijan en esto:

    • El nudo a la derecha: significa que la chica tiene una relación, está casada o comprometida. 
    • A la izquierda: representa que la chica no tiene ningún tipo de compromiso.
    • Delante y en el medio: quiere decir que la chica es virgen, aunque actualmente solo lo llevan las niñas pequeñas.
    • El nudo detrás: simboliza que la chica es viuda, o en algunos casos que es la camarera.

Este es un tema que todas las chicas se toman en serio. Cada una lleva el nudo en el sitio que le corresponde para que no haya confusiones ni engaños. 

Ya una vez con el vestido puesto y el corset bien apretado, toca el peinado. Muchas de ellas se levantan aún más temprano para ir a la peluquería a que les hagan una trenza rodeando la cabeza en forma de corona, pero cualquier peinado vale.

Imaginaros octubre a las 07:00, en el sur de Alemania. Con un vestidito y una chaquetina de punto. ¡Hacía un frío de narices!

De camino al recinto era divertido ver como se empezaban a llenar las calles de gente ataviada con sus trajes típicos. Todos dispuestos a rememorar una costumbre tan antigua como esta.

El recinto

Una vez ya dentro tocaba elegir la carpa en la que queríamos entrar. La decisión fue: Bräurosl. Cuando llegamos a la cola eran las 08:00 (se nos hizo tarde) y por lo tanto ya había unas 50 personas esperando. Todo esto sin contar con la gente que ya tenía sus mesas reservadas y los amigos de los amigos, era pura suerte que pudiésemos entrar.

Pero… ¡LO CONSEGUIMOS!

Ara dentro de una carpa

Una vez dentro buscamos una mesa cerca del escenario y eran solo las 08:30 cuando ya teníamos nuestro primer litro de cerveza en la mano.

No es una fiesta barata, cada jarra cuesta 10,40€ aproximadamente (más propina). La comida suele costar entre 7€ y 15€. También hay puestos más pequeños colocados por todo el recinto donde la comida es algo más barata.

Ara y Ana cerveza en mano dentro de la carpa del Oktoberfest

Las carpas

Las carpas del Oktoberfest son alucinantes, gigantes, con un escenario en medio y una orquesta súper animada. Hay cientos de mesas y bancos de madera alrededor, telas colgadas del techo, balcones de madera, coronas de flores en las columnas y mucha, mucha gente. Entrar allí es olvidarte del mundo y vivir el momento.

Orquesta del Oktoberfest

Ese día habíamos quedado con unos amigos de Múnich, por lo que ya no necesitábamos solo una mesa, sino mínimo dos. Cuando empezaron a llegar intentamos acoplarnos en las que teníamos, pero no eran suficientes. Nosotras calculamos que seríamos unas 15 personas (en una mesa caben 10 más o menos), pero no paraba de llegar gente. Al final eramos casi 40 españoles invadiendo parte de la carpa de Bräurosl.

Gente dentro del interior de la carpa

Nos sentamos como pudimos en 3 mesas y empezamos a beber y charlar. Aún eran las 11:00 y el día tenía pinta de ser largo.

Lo bueno del recinto es que no tienes porque estar todo el día dentro de las carpas. También  hay atracciones de feria.

Zona de atracciones en el recinto del Oktoberfest
El recinto del Oktoberfest a las 07:30 de la mañana

El ambiente del Oktoberfest

No recuerdo muy bien a partir de que hora la música se empezó a animar y por consiguiente nosotros también. Intentábamos cantar algunas canciones y los más graciosos ya empezaban a hacer de las suyas por los pasillos. Creo que fue en ese momento donde vi que la cosa se nos iba a ir de las manos, ¡y no fallé!

A eso de las 14:00 de la tarde ya empezamos a ponernos de pie en los bancos y a brindar como locos. Bailar al ritmo de Ein Prosit”, “Atemlos durch die Nacht, “Schatzi schenk mir ein Foto, y algunas más famosas y divertidas como Hulapalu” Fliegerlied era una obligación.

La fiesta

No tardaron los camareros en venir a llamarnos la atención por estar en mitad del pasillo, pero claro, ¿dónde nos metíamos?. La verdad es que visto desde arriba era un cuadro: algunos sentados mientras intentaban comer algo, otros bailando encima de los bancos, otros encima de las mesas y el resto en el pasillo intentando no ser arrastrados por la gente que iba y venía. Para rematar el espectáculo de vez en cuando nos tirábamos encima de los que estaban en el pasillo para ser manteados o simulábamos hacer surf encima de las mesas.

Todas subidas encima de la mesas

Llegó un momento en el que el tiempo y la hora ya no importaba. La gente empezaba a estar muy contenta y  aunque no bebas mucho, el ambiente en sí te anima bastante.

Sentadas en las mesas dentro de la carpa

Ya sí que todo era un desmadre. De repente notabas como toda la carpa se giraba hacia un lado y veías que alguien se subía en una mesa y se bebía toda la jarra de un trago. Obviamente mientras tanto el resto de la carpa (incluidos camareros y orquesta) animaban y aplaudían.

Todo esto se fue alargando hasta las 23:00. Lo bueno de empezar la fiesta tan pronto, es que te vas temprano a la cama para seguir al día siguiente.

Segundo día

Al despertar volvimos otra vez a repetir el proceso: corset, vestido, mandil y trenza. Pero esta vez fuimos a casa de unos amigos a desayunar. Todo muy alemán: brezel, salchichas alemanas, quesos y como no podía faltar para beber: ¡¡cerveza!!. El día se presentaba más tranquilo, todos los chicos del día anterior no iban a salir y no teníamos mesa reservada en ninguna carpa. La misión de entrar en alguna carpa a la hora que llegamos era imposible.

Aun así lo intentamos un par de veces, y cuando estábamos a punto de tirar la toalla, un grupo de chicos nos llamaron para que nos uniéramos a ellos.

¡Ya estaba el día liado de nuevo, comenzaba otro día en el Oktoberfest! Y otra vez, ¡jarra aquí! ¡Y a bailar y cantar como locos!

Ara besando una jarra de cerveza
Ana con una jarra de cerveza

Todo iba viento en popa hasta que una de mis amigas se dio cuenta de que le habían robado el monedero ☹. Y no es que el Oktoberfest sea un sitio peligroso para la cantidad de alcohol que se consume. En realidad no vimos en ningún momento nada fuera de lo normal, pero hay que tener cuidado en todos los sitios.

Fuimos a la policía para poner una denuncia. Y al volver a la carpa ya no era lo mismo. A pesar de que ella intentó seguir dándolo todo, el ánimo no era igual. Por lo que decidimos irnos a casa.

El final del Oktoberfest

Una vez en casa, las risas no pararon gracias a Ana. No se le ocurrió otra cosa que escribir un comentario en una red social. El caso es que no puso exactamente lo que quería. Dice que lo hizo sin querer, pero a nosotras nos dio para un buen rato de risas. Fue una buena forma de terminar el día y nuestro fin de semana.

El lunes 3 de octubre terminó nuestra aventura por el Oktoberfest. Aunque al principio pensaba que con vivir la fiesta una sola vez sería suficiente, al llegar a casa solo podía pensar: ¿en qué fecha cae el año que viene?

Para terminar quiero dedicarle este artículo a mis chicas, por darme tan buenos momentos y por salir tan guapas en todas las fotos 😉

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